Cuando escuchamos hablar de los ‘Hombres de Negro’ seguro que lo primero que se nos viene a la cabeza es la famosa película de ciencia ficción de los años 90 protagonizada por Will Smith y Tommy Lee Jones, quienes pertenecían a un organismo secreto que supervisaba y dirigía la actividad extraterrestre en nuestro planeta, pero… ¿sabías que aparentemente estos personajes no son solo parte de la ficción cinematográfica?
Aunque «los hombres de negro» fueron increíblemente popularizados con las famosas películas, estas muestran una historia muy distinta a la realidad que viven muchas “víctimas” que han sido “acosadas” y “amenazadas” desde mediados de los años 50 por estos individuos. Su misión es básicamente intimidar y acallar a las personas que han visto algún OVNI; que hayan tenido contacto con seres de otros planetas; o aquellos que simplemente investigan sobre ellos hasta obtener pruebas reales. En la mayoría de los casos las técnicas que utilizan son la coacción, la manipulación de sus recuerdos o simplemente intentan convencer a la “víctima” de que lo que vio no es real; sin embargo, de ser necesario no dudan en eliminar al testigo simulando un “accidente”.

Estos individuos actúan casi de forma inmediata, justo después de que el testigo obtiene las pruebas contundentes de la existencia de seres de otro planeta o que tiene un encuentro del “tercer tipo”. ‘Los hombres de negro’ lo buscan y “conversan” con la persona hasta silenciarla, de forma que nunca revelen nada… Sin embargo, en los últimos años muchos testigos han hablado sobre el tema.

¿De dónde aparecen?
Uno de los casos más célebres es el del Dr. Herbert Hopkins que, en 1976, recibió la visita de uno de los famosos hombres de negro en su propio apartamento. El Dr. Hopkins trabajaba en la investigación de un caso sobre la aparición de un OVNI en suelo estadounidense cuando recibió una sospechosa llamada en su apartamento. El sujeto se identificó como el director de la Asociación para la Investigación Ufológica de Nueva Jersey (que días más tarde averiguó que no existía), le preguntó si estaba solo y le solicitó una reunión para discutir los resultados que había obtenido en su investigación, ya que estaba interesado en ayudarlo.
El Dr. Hopkins aceptó reunirse con su interlocutor; lo que no esperaba era que al colgar el teléfono su interlocutor se encontrara subiendo las escaleras de su porche. Hopkins aseguraba que no había ninguna cabina telefónica en los alrededores de su casa y es importante que tomemos en cuenta que los teléfonos celulares se empezaron a comercializar después de 1984, por lo que resulta realmente inquietante que este individuo se personificara casi de forma instantánea en la vivienda del doctor.

Cuando el sujeto habló -lo hizo con una voz monótona y distante, casi robótica-, le pidió que le mostrara los resultados de su investigación a lo que el doctor obedeció. Una vez que terminó de darle toda la información del caso, el extraño individuo solo dijo “usted posee dos monedas dentro de uno de los bolsillos de su pantalón, ¿me equivoco?”, y acto seguido le solicitó que le mostrara una de las monedas. Hopkins quedó anonadado ante tal afirmación y, diligentemente, le mostró una de las monedas sosteniéndola en la palma de su mano; el doctor declaró que “la moneda resplandeció un instante y comenzó a desvanecerse, poco a poco, hasta desaparecer por completo”.

¿Un hombre de negro real fotografiado?
Otro de los casos más resaltantes de encuentros con los hombres de negro es el de los investigadores Jack Robinson y Timothy Green Beckley. A finales de los años 60 en Nueva Jersey, se experimentó una serie de avistamientos de OVNIs y criaturas “extrañas” que llamó la atención de los investigadores por, lo que decidieron empezar a recolectar información sobre los casos; sin embargo, las investigaciones de Beckley y Robinson incomodaron a un “alguien”.
Beckley tomó una fotografía donde se puede observar al misterioso hombre parado a las afueras del edificio de Robinson y la publicó en su libro “The UFO Silencers: Mystery of the Men in Black”. Se dice que haber hecho de conocimiento público la existencia de estos hombres fue la razón por la que no volvió a ver a ninguno de ellos.